11 de enero de 2016

Entrevista con Lizi Boyd,

autora de Linterna mágica



¿Puedes contarnos de dónde te vino la inspiración para este libro? ¿Seguiste la línea de Inside Outside o surgió a partir de una idea concreta?


Una noche, cuando estaba trabajando en Inside Outside, me di cuenta de que los perros llevaban fuera mucho tiempo. Estaba muy oscuro, así que me llevé una linterna para buscarlos. Escuché ruidos en el campo y, cuando iluminé el lugar, de pronto apareció el color: sus ojos, los collares, las manzanas y la hierba. ¡Era fantástico! Y entonces pensé: «Oh, no puedo esperar a volver a casa y buscar si alguien ya ha hecho algo así». Me pareció tan absolutamente sencillo y hermoso que comencé a realizar bocetos al día siguiente. Así que sí, Inside Outside contribuyó a la creación de este libro, porque el hecho de estar en mi estudio, trabajando en él rodeada de un silencio absoluto, me llevó a la idea de Linterna mágica.

¿Cómo sabes cuando algo funciona y cuando algo está demasiado desarrollado? 

Cuando se trata de un álbum sin palabras, necesito trabajar con la cabeza en calma y dejar que la idea se desarrolle por sí misma. Necesito hacer bocetos para «ver» hacia dónde me está llevando esa idea. Y necesito que no haya nadie en mi casa, porque es donde tengo mi estudio. La mayor parte de las veces sé cuándo tengo que parar; entonces me voy a dar un largo paseo con mis perros, en el que aprovecho para pensar qué estoy haciendo. Esto a veces hace que, al final, siga llenando una caja repleta de bocetos de proyectos que son pequeños comienzos y que no han llegado a contarme de qué trataban y a dónde querían ir.


¿Por qué piensas que tus historias se adaptan mejor a la forma del álbum ilustrado? En Linterna mágica en concreto, me parece que hay una sensibilidad especial en torno a la emoción y la aventura que surgen de algo aparentemente tan peligroso como la noche, la oscuridad, las extrañas criaturas… ¿Podrías hablarnos de ello?

No se me había ocurrido hasta que trabajé en Inside Outside que un libro y su historia pueden pertenecer a los lectores, y no solo al autor que escribe e ilustra. Los álbumes ilustrados son siempre así, pero yo quería ver hasta dónde podía extender ese planteamiento. Por ello usé el elemento de la noche: la oscuridad, las extrañas criaturas, una sensación de peligro en la que nunca había pensado. A mis hijos no les asusta la oscuridad. La libreta que utilicé mientras trabajaba en Linterna mágica contenía estas palabras: «historia», «imaginación» y «silencio». Sonido/elemental. Un álbum que pueda oírse si realmente escuchamos.



¿Puedes hablarnos del diseño material del libro? ¿Cómo trabajaste el papel y la tinta? ¿Cómo lograste ese exquisito empleo del negro (¡creo que es bastante difícil!) y cómo concebiste las sorpresas de los troqueles? ¿El diseño del libro te llevó a lo que ocurre en la historia o fue al revés?

Trabajé con una amplia variedad de papeles grises y negros, y finalmente me incliné por estos últimos. Me encanta la forma en que el haz de luz y los colores contrastan con el negro. Para conseguir ese contraste tengo que pintar varias veces para conseguir que tengan la fuerza que busco. Los troqueles los hice con plantillas, aunque en las ilustraciones definitivas no había ningún agujero, solo los trazos que indicaban dónde debían ir. Esta parte fue difícil y se hicieron unos cuantos cambios que propuso Sarah Gillingham, directora de arte que tiene mucho ojo para estos temas y que domina a la perfección los programas de diseño. La verdad es que muchos de los troqueles nos sorprendieron.


















¿Cuáles son tus libros (u obras de arte) favoritos de la infancia? De las obras que tienes en tu casa o en tu estudio, ¿cuál es tu preferida?

Crecí en un hogar donde reinaba lo artístico y lo visual. Nuestra madre era ceramista y, en cierto momento de su carrera, decidió mudarse de Nueva York a Vermont. Nuestra casa estaba repleta de libros de todo tipo: de arte, naturaleza y álbumes infantiles, así como objetos de diseño.
Me encantan las máscaras primitivas y tengo algunas realmente preciosas. Hace poco nos visitó un amigo con su hijo de cinco años y cuando vio las figuras, le preguntó: «¿Te asustan las máscaras?», algo que realmente nunca se me había ocurrido. Su hijo estaba tan ocupado con su iPad que no le prestó atención. ¿Quizás también podrían asustarle de vez en cuando para apartarlo de su iPad por un momento?